
¿Cómo solucionar mi inseguridad? Haciendo que sea otro el que se sienta inseguro. ¿Cómo solucionar mi culpabilidad? Haciendo que sea el otro el que se sienta culpable. ¿Cómo solucionar mi mala leche? Es de libro, pero lo peor de todo es que le ha salido bien. Yo, inmediatamente, me he sentido muy vulnerable. Y no era tanto que me importara qué decía exáctamente de mí, sino tener cerca a alguien que te salpica con sus miserias en vez de solucionarlas. Pero bueno, no pretendo utilizar este espacio para poner a parir a esta idiota, insegura, acomplejada y arrogante, no, Dios me libre de dedicarme a insultar a los imbéciles. Es fácil buscar la complicidad de tu entorno para ponerte por encima de quien te provoca inseguridad (que es exáctamente lo que estoy haciendo yo ahora). Incluso existen relaciones basadas justo en esto. Yo te apoyo en tus mezquindades a cambio de que tú me apoyes en las mías. Son relaciones infantiles, adolescentes, no adultas. De hecho, muchas de estas inseguridades vienen arrastradas desde la infancia. La niña más insegura de mi clase aprovechaba cualquier ocasión para reírse de mí delante de mis compañeros. ¡Pero es que teníamos 10 años!
Quizá por este tipo de memorias traumáticas, a mí una de las cosas que más miedo me da en el mundo son los demás (la otra cosa soy yo misma). ¿Por qué nos tenemos miedo? Tenemos miedo a que nos descubran; a que nos desmonten el personaje que tanto nos ha costado construir. Tenemos miedo al rechazo; a quedarnos solos. Y tenemos miedo a que nos transformen en actitudes que en el fondo no queremos cambiar. Vivimos como si fueran los otros los que deciden si valemos la pena, los que deciden cómo somos o quiénes somos. Y esto sólo te puede ocurrir si tú mismo no sabes quién eres. ¿Pero quién lo sabe? ¿Quién tiene estas certezas sobre sí mismo? Probablemente todos las tengamos; puede que estemos tan distrídos en nuestra realidad aparente, que la realidad esencial permanezca dormida mientras no intentemos despertarla. Hasta entonces, nos sentiremos amenazados por los demás, sin saber que los demás siempre estuvieron tan asustados como nosotros. Y me despido con unas palabras para esta chica que se ha reído hoy de mí: puede que me hayas fastidiado la mañana, pero me has solucionado una columna. Estamos en paz." Bárbara Alpuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario