
A estas alturas de la vida no hace falta que me digan las cosas dos veces...
Me he vuelto vaga, sí, con las cuatro letras, en tema de lectura me he pasado a la "sit-comedy", a la lectura ligera que me ofrecen las revistas de moda y/o revistas para mujeres (a falta de un buen libro que no termina de llegar, algo hay que hacer además de leerte la composición alimenticia de cualquier caja de cereales y folletos de supermercados).
H2O, la fórmula de la vida, capaz de despejar la mente y dejarte absorta en tus pensamientos...."¿qué piensas?" (me pregunta)...."nada" (respondo), no por no decirle lo que pienso, sino para que me deje seguir haciéndolo (pensar y no hablar), ahora que el pensamiento fluye no quiero interrumpirlo. No espero que se me ocurra nada brillante, pero me divierte ver qué conexiones cerebrales sigue mi mente y hacia dónde deriva.
"El orden de los factores no altera el producto". Falso cuando uno de los factores es el tiempo. El tiempo separa más que la distancia. El tiempo hace que no se esté en un mismo "ahora", que se rompa el ritmo, te abduce a otra dimensión que no puedes traspasar.
Según el psicólogo Javier Urra:
Entre pincho de tortilla y zurito, sola en la barra de un bar, esta mañana he leído un artículo de una revista escrito por Edurne Uriarte, que directamente he arrancado y metido al bolso porque me ha llamado la atención.
Primera novela que leo de Ricardo Piglia y me ha gustado. Al principio estaba expectante, por momentos decepcionada, pero segun transcurre la historia y aparece Emilio Renzi (por lo visto tradicional personaje de Piglia; como no he leído otra de sus obras no lo puedo constatar) el relato va cogiendo fuerza y Piglia se desinhibe. Nos muestra sus sentimientos y pensamientos escondido tras ese personaje con una fuerza y una manera de escribir y describir deliciosa.