Primera novela que leo de Ricardo Piglia y me ha gustado. Al principio estaba expectante, por momentos decepcionada, pero segun transcurre la historia y aparece Emilio Renzi (por lo visto tradicional personaje de Piglia; como no he leído otra de sus obras no lo puedo constatar) el relato va cogiendo fuerza y Piglia se desinhibe. Nos muestra sus sentimientos y pensamientos escondido tras ese personaje con una fuerza y una manera de escribir y describir deliciosa.
Es un libro que va de menos a más, de los que se leen lento, a capítulo por noche, cada vez más denso pero mejor, de los que no te enganchan pero te dejan la sensación de haber leído un buen trabajo.
Hay un personaje, Sofía, una de las hermanas gemelas Belladona, que en una conversación con Renzi habla de su madre y su pasión por la lectura (pag. 251). Me gustó ese párrafo que dice así:
"_Mi madre dice que leer es pensar - dijo Sofía -. No es que leemos y luego pensamos, sino que pensamos algo y lo leemos en un libro que parece escrito por nosotros pero que no ha sido escrito por nosotros, sino que alguien en otro país, en otro lugar, en el pasado, lo ha escrito como un pensamiento todavía no pensado, hasta que por azar, siempre por azar, descubrimos el libro donde está claramente expresado lo que habíamos estado, confusamente, no pensado aun por nosotros. No todos los libros, desde luego, sino ciertos libros que parecen objetos de nuestro pensamiento y nos están destinados. Un libro para cada uno de nosotros. Hace falta, para encontrarlo, una serie de acontecimientos encadenados accidentalmente para que al final uno vea la luz que, sin saber, está buscando."
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miércoles, 23 de febrero de 2011
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